En lo personal, no muestro más que el agotamiento normal de un verano extraño. Pero en lo profesional, existe un buffet de cosas malas, de las que día tras día acabo colmado.
Además, me atrevo a definir el cansancio como la parte de nuestra rutina que no sólo no agrada, sino que repudiamos y nos vemos obligados a rechazar de forma sistemática y sistémica diariamente, que llegado a un punto puede agotarnos y que en ocasiones no podemos evitar sin más.