Quizá es algo que no puedas hacer por el qué dirán, por miedo a un cambio en tu vida o simplemente es que estás esperando a la jubilación.
Lo que es evidente, es que no puedes pasarte la vida dando tumbos de un lado para otro. Nuestro cerebro necesita un descanso de vez en cuando que le permita recomponer, procesar y prepararse para nuevos retos.