en Opinión

Sobre la infidelidad 1/2

Empezaré diciendo que las mejores ideas para el blog ocurren siempre de camino a casa, justo después de un gran día o un gran evento, tras el que dejo libertad cerebral a la entropía de ideas.

Viniendo, justamente, ésta vez de un evento en Alicante sobre modelos de negocio interesantísimo de Bernardo Martínez (@bermartinez)  -al que debemos agradecer a Miguel Sánchez (@perrosviejos) y Francisco Páez (@franciscopaez) por su excelente organización-, en el que inevitablemente se hacen las tantas de la noche disfrutando de la charla posterior… toca volver a casa, tiempo de descanso.

En cualquier caso, siempre es útil para el proceso openmind (término conocido gracias a la archiconocida @Luci_Fernandez) empezar a escuchar una emisora en un horario desconocido. Así, sin pensarlo, pero sin el riesgo de que te aparezca una sintonía FM porno por tarde que sea.

Justo. RNE1. 23’30. Autovía Alicante-Valencia. Hablaban sobre la estrategia política del actual presidente Zapatero… hasta que por fin alguien decidió cambiar a algo interesante a la par que polémico. Cambio de presentador, programa y de tercio, para conversar sobre el controvertido debate de la infidelidad.

Qué raro aquello de tratar con tal naturalidad un proceso de infidelidad entre humanos, mientras mencionan que sólo el 5% de las especies animales son endogámicas. Así que para empezar, de entrada, los raros somos nosotros. De ahí que se considere que la formalización del matrimonio no es más que una adquisición social, y no del individuo.

Mucho interesante dicho y por decir (el tiempo en la radio tiene sus limitaciones) del mágico mundo de la sociedad de las personas y la conducta humana. Siempre tendemos a la destrucción, en cuanto nos enteramos de una situación de infidelidad nos preocupamos antes por destruir todo lo que se mueve antes que por plantearnos la solución a un problema temporal. Nos gusta por defecto, cronificar los problemas antes que resolver la causa y la sintomatología de una situación aguda. El autoflagelamiento es lo convencional.

Pero es interesante tratar los signos agudos antes de la destrucción. Valorar si la infidelidad es repentina o premeditada cambian en mucho la intención de la pareja, a la que le debes el mismo respeto que te brinda, la misma confianza que te otorga que sólo crecerá -en mi opinión- a base de cesiones mútuas, ciegas e interminables. Si tratamos de poner coto a la confianza, estamos muertos.

No obstante, más que interesante, es fundamental para evitar el desorden evaluar de forma tranquila y relajada la responsabilidad mutua de la infidelidad desde el razonamiento recíproco y por qué no, en ocasiones reflexivo.

Lo definitivo del día es que siempre debemos ser fieles, al menos, a nuestros principios.

Escribe un comentario

Comentario

Webmenciones

  • Sobre la infidelidad a los ideales propios 2/2 - Hola, soy Edu

    […] a las primeras. Si no, no serían segundas. Dejaré a la libertad del lector la conexión entre el primero y éste […]

  • Sobre la infidelidad a los ideales propios 2/2 « Periplaneto

    […] a las primeras. Si no, no serían segundas. Dejaré a la libertad del lector la conexión entre el primero y éste […]